Hoy, 16 de junio de 2022, el BCE, emulando con retraso a la FED una vez más, intenta normalizar los tipos de interés en Europa y, de nuevo, similares intereses políticos vuelven a torcerle la mano profundizándose aún más la represión financiera de los europeos. Pensando en esta espiral ruinosa hemos creído conveniente repasar lo ocurrió en una ocasión anterior, en que desequilibrios económicos y disfuncionalidades políticas produjeron expectativas regresivas sobre los tipos de interés. Por lo visto creen que «el día de la marmota» es eterno.
Represión financiera y regresión de tipos en Europa.
Como saben, la Reserva Federal americana o FED está embarcada en un plan de normalización de su política monetaria. Dicho plan empezó en 2014 con su «taper», o reducción hasta la eliminación de la expansión cuantitativa, algo que anunció ya Bernanke en 2013 poco antes de dejar el cargo y, concluida esa fase, se procedió a subir tipos de intervención y contraer la cantidad de dinero, de esta manera, la actual presidenta Janet Yellen le deja a su sucesor Jay Powell – pendiente de aprobación –, como hicieron con ella, el camino expedito para continuar con esa normalización de los tipos de interés.
Como se ve, tras un largo período de inundación monetaria, de 2009 a 2014, la vuelta a la normalidad lleva su tiempo, al menos cuatro años, siempre que no regrese la inestabilidad financiara, algo no descartable, ya que el «Burbujón de Trump» se ha puesto peor y, desde este lado del Atlántico, el proceso de normalización que los americanos empezaron en 2014, aquí empezará en 2018, según anunció Draghi 26 de octubre al comunicar que reduciría a la mitad el QE del BCE a partir de enero de 2018. ¿Significa eso que habrá tipos bajos en Europa hasta 2020? No, veámoslo.
Represión financiera.
El concepto lo tratamos en el artículo «Represión financiera» donde decíamos que el conceso la fija como un tipo real (descontada la inflación) entorno al 2% para el bono libre de riesgo a largo plazo, esto es, el bono de diez años del gobierno de los Estados Unidos. Si la política monetaria de la FED no consigue que la inflación sea tal que dé ese resultado, cuando está muy por encima de ese valor, digamos 4% real, estaría reprimiendo a los deudores, cuando está por debajo, sea 1% o negativo (la mayor parte del tiempo), estaría reprimiendo a los ahorradores transfiriendo renta de estos a los deudores, caso de la mayoría de los españoles hipotecados (aprovechen) a quienes además se dan otras ayudas, creándose, como vimos, una represión adicional sobre los ahorradores españoles en favor, también, de los malos gestores bancarios: cosas de «nuestro» Estado clientelar.
En la gráfica anterior tienen el ciclo largo, con sus fases, y la tasa de interés real (línea azul oscura) resultante de restar al tipo del bono a diez años (T10, línea azul clara) la tasa de inflación anual medida mensualmente. En la fase dulce del ciclo (óvalo verde), esa en la que formaron la base de su carácter tanto Trump como Yellen y su sucesor, Jerome Powell, fue cuando hubo menos represión financiera, había alto crecimiento y baja inflación; la zona más volátil (óvalo ocre) es la que estamos ahora y en la que, en teoría, deberían actuar para traernos la normalidad.
Tasa neutral de interés.
Que es aquella tasa de intervención de la FED en que ni se estimula ni se frena el crecimiento económico y la inflación. Dicho así suena fenomenal, pero el problema, cambios legislativos aparte, como siempre, es conseguirlo; en todo caso, salvo pirómanos Pablemistas, todos sabemos lo que es la estabilidad financiera, ¿no? y, buscándola, la tasa de intervención de la FED (línea gris, siguiente gráfica) ha sido negativa en términos reales (línea negra) desde que se lucha contra la deflación, esto es, desde el crack punto.com, salvo momentos puntuales; últimamente ha mejorado un poco y lo esperable es que las próximas subidas la acerquen a valores reales próximos al 1%.
Tema distinto es la neutralidad financiera, que vamos de burbuja en burbuja y las últimas dos veces que sus tipos se aproximaron a T10 (spread cero o negativo, línea amarilla, siguiente gráfica) el invento hizo crack (líneas verticales rojas) y hacia allí van los tipos de intervención otra vez. ¿Será diferente en esta ronda? No creo.
Expectativas regresivas.
Es un concepto de Keynes relativo a la demanda de dinero y las rentabilidades de los bonos y en este caso sugiere que, habiendo bajado tanto el tipo de los bonos, ya les tocaría subir (regresarse; línea azul, siguiente gráfica), máxime cuando la FED sube tipos. También es cierto que no solo se invierte en bonos por su rentabilidad, sino que hay temas de riesgo y diversificación de cartera, incluso de «aparcamiento» monetario. Lo cierto es que parece que los tipos construyen un suelo y ya no hace mínimos decrecientes (flechas rosa y línea azul)
¿Y Europa qué?
Dada la interconexión de los mercados, a pesar de las diferencias de calendario en la aplicación del tratamiento maxi hidratante de super Mario, todo parece indicar que los tipos ya tocaron fondo y la represión salvaje a la que la casta local somete a sus cobayas, o sea, a nosotros, dejará de ser tan aberrante; en otras palabras, el crédito se encarecerá más aunque al principio sea homeopáticamente.
Aparte de señalar la coincidencia del coeficiente de correlación (R2=0,915) del bono francés con el americano siendo fuentes estadística distintas, la mayor represión se la llevan los alemanes (cercana al 1%), que incluso tuvieron tipos nominales negativos en 2016 para el T10. La menor represión (aparente, que luego el sistema bancario la agranda; enlace anterior) ocurre en España (próxima a cero), cosa que más que a nuestro mayor crecimiento, se lo debemos al desastre permanente de la casta local, algo que irá a peor al añadirse el daño de la alianza nacional-socialista local a la convivencia, degradando también los vectores de creación de riqueza a largo plazo, algo que no es bueno para nadie que viva honestamente de su trabajo.
Una vez más, se comprueba que la Economía está supeditada a la Política y, vistos los resultados, la nuestra es malísima y nadie la quiere arreglar, que la casta vive muy bien con el cuento guerracivilista y, salvo que podamos elegir representantes, los tipejos seguirán a su fiesta, aunque los tipos inicien su camino de regreso, estimulando el endeudamiento, público y privado, y fomentando en los ciudadanos la evasión de la realidad y los mismos comportamientos que nos han traído hasta aquí, que por lo visto diez años de crisis no han conseguido cambiar nada en el pensamiento dominante.
© Luis Riestra Delgado. 19/11/2017. Publicado en Voz Pópuli.