La idea de que la producción de petróleo hará tope de manera inminente, el famoso Peak Oil o pico petrolero, y que a partir de ahí se iniciará un agotamiento abrupto que creará una crisis mundial sin precedentes está presente entre nosotros desde los años 70 del pasado siglo y, sin embargo, aquí seguimos cuarenta años después conviviendo con el agotamiento de esas reservas energéticas finitas sin que el progreso de la Humanidad se haya detenido. ¿De dónde surge entonces esta idea?
La Curva Hubbert.
Es una curva de explotación de yacimientos que, desde un cálculo técnico del potencial de producción del mismo, estima su agotamiento geológico. Tiene forma asimétrica y al llegar a un máximo la producción cae de forma más rápida que en el ascenso; el área bajo la curva sería la producción total del yacimiento.
Partiendo de ese modelo, M. K. Hubbert anunció en la reunión de la API de 1.956 que el tope de producción de Estados Unidos llegaría a principios de los 70’s del pasado siglo, como en efecto ocurrió. En la aplicación global de su modelo suelo sugerir imaginen que el Mundo fuera un solo campo petrolífero que sigue el modelo de Hubbert, a partir de ahí puede iniciarse la discusión sobre la validez y precisión de sus predicciones; a este respecto, encontrarán una buena disertación y predicciones en el enlace de este artículo: Fortalezas y Debilidades de la Curva Hubbert.
La Mentira Estadística.
El eterno problema de los investigadores. Son tantos los intereses alrededor del petróleo, desde los geopolíticos a los corporativos, que cualquiera se cree totalmente las estadísticas rusas, saudíes, venezolanas o incluso las americanas. En el caso estadounidense, solo con la incógnita del potencial de las zonas en barbecho en la costa del Pacífico o su capacidad tecnológica de recuperación de producción de sus pozos poco productivos, entre otros aspectos, llenan de incertidumbre las predicciones y hacen que los topes petrolíferos puedan moverse varios años.
La Cuestión Tecnológica.
Suele tenerse una idea demasiado simplista sobre la explotación petrolera cuando la realidad es justamente la contraria, siendo pocos países, principalmente anglosajones, los que realmente disponen de las capacidades necesarias para una correcta explotación de los yacimientos (un ejemplo de muchos), sobre todo en la situación actual de envejecimiento general de los mismos; ejemplos claros de esto último fue la caída en la producción en Venezuela tras los despidos de Chávez en PDVSA o la moderación forzada del nacionalismo oligarca de Putin respecto a las inversiones foráneas en el sector.
La productividad de un yacimiento es algo bastante complicado y como me decía un técnico, o el suflé sube o no sube. Qué decir de la producción potencial total, donde se aplica el dicho médico: coma menos y comerá más, pues vivirá más y al final habrá consumido más, y esa es la gran incógnita de los pozos saudíes, donde la inyección de agua de mar para forzar la producción hace temer por la destrucción y caída súbita de la producción futura de los mismos, a la vista de la experiencia de los casos de Oklahoma y ex repúblicas soviéticas, entre otros.
Adicionalmente, la innovación y readaptación y mejora de viejos usos, desde la perforación vertical, la inyección de gas en extracción de bitúmenes extra pesados y tar sands, el renacimiento de la tecnología de fracturación hidráulica que promete nuevas posibilidades de producción con sus riesgos ambientales y de producción, complican en grado sumo los cálculos de topes de producción global y parecen paliar más de cuarenta años sin descubrimientos de importancia.
Política y Geopolítica.
Tratar temas de gas y petróleo es imposible sin una referencia a sus componentes políticos y geopolíticos y, como en los apartados anteriores y subsiguientes, por motivos de espacio solo podemos dar unas pinceladas, seguro insuficientes. En geopolítica destacar solamente que, desde la desaparición de la bipolaridad comunismo-capitalismo, la prioridad es que la oferta de petróleo no sea controlada por un poder que no asegure la libertad de acceso al suministro, esto es, distinta de Estados Unidos.
Como fuente imbatible de generación energética, sea por su transporte, almacenamiento, localización o acceso a la tecnología básica de producción, no hay economía o ejército que pueda moverse sin petróleo. Así, desde el año 2.000, los precios han ido aumentando con el crecimiento global y según la oferta se ha ido adaptando a ese crecimiento, solo que mientras la Economía mundial creció casi un 50%, los precios del petróleo se multiplicaron, en promedio, por 3,5.
En la siguiente gráfica la línea granate equivalente al casi el 70% del PIB real mundial en billones de dólares equivalentes en poder de compra (PPP), resultando de agregar la OCDE más China, Rusia, Indonesia y Suráfrica. La línea azul representa el precio medio anual al contado del petróleo intermedio West Texas (WTI) que es un indicador correcto de mercado, aunque algunos reputados analistas, erróneamente, solo ven en él su volumen comercializado.
La línea azul de precios medios anuales es interesante, sobre todo si un sufrido español lo compara con la sangría a la que le someten nuestros políticos vía precios administrados de electricidad y otras utilities; lamentablemente, “nuestro” sistema político impide conocer quien mete mano o si otra política energética más conveniente es posible.
Crisis Demográficas.
Muchos países, productores de petróleo o no, mantienen subsidios a los combustibles y otros productos derivados o fabricados del petróleo, que se harán insostenibles según se vaya encareciendo el mismo. De esa forma, con el agotamiento, insecticidas y fertilizantes se encarecerán, caerán las cosechas, se generalizarán las hambrunas y las guerras, con lo que episodios como la Primavera Árabe son solo un adelanto de los apagones forzados o inducidos que podrían venir.
Analistas Independientes.
Como se ve, con tantas interferencias políticas es difícil obtener un diagnóstico objetivo. Con eso en mente, he venido discutiendo desde hace años con un viejo conocido, Fred Hutter, un economista canadiense (los economistas de países petroleros ven/vemos la Economía de otra forma) que trabaja sus modelos predictivos sacando de sus retiros a Jean Laherrère y Colin Campbell, del que pueden ver clicando este enlace su enfoque del Peak Oil.
Las últimas conclusiones de Hutter sitúan el tope, por razones geológicas y no de precio, para el crudo convencional en 2.005 y unos 69 MMbd (millones de barriles diarios) que se mantendrán cera de 62MMbd hasta 2.023 y para el total de las distintas graduaciones API el tope estaría próximo a los 100 MMbd en 2.030. Mientras, aquí perdemos años tontamente, pero eso está a la vuelta de la esquina.
Peak Demand versus Peak Oil.
Aunque Hutter últimamente está más centrado en temas estructurales de la Economía americana (me ocurre lo mismo: ejemplo1 y ejemplo2), en el tema petrolero ha encontrado un enfoque original al que llama Peak Demand, o tope de Demanda, que entiendo significa que la dinámica de precios altos del petróleo, que haría su tope inicial cerca de 210 $b en 2023-2030, está produciendo una reacción de substitución por fuentes alternativas, menor crecimiento global y ahorro energético, todo lo cual lleva a que la industria de gas y petróleo haga un tope de negocio menor a su potencial de producción.
Con eso en mente, tras la normalización comercial de los precios por menores presiones estratégicas (precios bajos para terminar de hundir la URSS, la apertura global de sus ex-repúblicas y las guerras del Golfo), el aumento de los mismos (2.002-2.008) ha acomodado la oferta a la creciente demanda agregada global y cada vez éstos se ven más afectados por las noticias de crecimiento (o no) económico. Esto pueden verlo en la gráfica anterior, donde la línea granates de crecimiento y la azul del `precio medio, ambas trimestrales; hasta hoy, el precio tope absoluto del WTI lo hizo en 3 de julio de 2.008 en 145,31.
A corto plazo, el crecimiento trimestral respecto al trimestre anterior del mismo año (que en este caso es preferible al del mismo trimestre del año anterior), es un buen determinante de los precios a corto plazo y que, lógicamente, tiene cierto retraso (a favor y en contra) por el mismo calendario de publicación de la estadística. Siempre considerando que, históricamente, una vez eliminados monopolios, o su eficacia, las fluctuaciones por recesiones y recuperaciones podían llegar al 50%.
TEOTWAWKI.
Es el conocido acrónimo anglosajón para “El fin del Mundo tal como lo conocemos” y que aparece por la evidencia de que, a largo plazo, tendremos la oportunidad de ver como las leyes económicas de oferta y demanda producen una transformación radical del sector energético al agotarse la fuente de energía principal del actual Saeculum (1930-2.030) en este Ciclo Generacional americano al que hemos llamado Pax Americana (¿primera parte?) y que, como el nuestro, también muere. Deberíamos pues interrogarnos ya cuando daremos en España una respuesta liberal a esa realidad y al apocalipsis de Duncan.
© Luis Riestra Delgado. Enero 2.013. Publicado en Voz Pópuli.